Labyrinth se crea como un ejercicio de aplicación del plano secuencia. Tres planos que favorecen la continuidad del conjunto nos transportan a una persecución en un garaje. Juega con la cámara, le da vueltas y cambia la perspectiva para generar un laberinto del que la protagonista no logra salir.
A todo esto hay que sumarle la banda sonora de Los Beatles, que nunca está de más.
Este cortometraje se ha creado únicamente con fines académicos.