Algunas veces en la vida uno se topa con personas con talentos muy especiales y tiene la necesidad de plasmar esos talentos en algo que perdure. Podría decir que eso fue lo que nos pasó con la artista Antía Gómez. Desde el mismo instante en el que vimos su coreografía en un evento en directo supimos que debíamos contactar con ella y proponerle este proyecto.
Porque la ocasión lo requería, conseguimos un estudio y montamos un equipo de tres cámaras para no perdernos uno solo de sus movimientos. Tras una tarde de luces, cámaras y baile, y un viaje en autobús organizando todo el material, el cortometraje fue tomando forma a través de un montaje rítmico, elegante y muy humano. Quedan plasmados en este trabajo algunos de los planos más bonitos que he grabado nunca.
Este cortometraje se ha creado únicamente con fines académicos.