La marca de insecticidas Raid solicita una campaña de impacto que desarrolle una gráfica sobre blanco para dar a conocer su producto. Bajo el lema "El crimen perfecto no deja huellas" construyo la primera pieza, que evidencia la utilidad del insecticida a la hora de deshacerse de los mosquitos sin dar un zapatazo en la pared.
Siguiendo el mismo concepto, elaboro una acción de street marketing en el cercanías de Madrid aprovechando las huellas que hay colocadas por todo el andén para marcar la distancia de seguridad durante la pandemia. Se llama la atención montando la pieza en una de las huellas y se desarrolla el mensaje transformándola en la escena del crimen.


Trabajo realizado con fines únicamente académicos.